La casa de uno, tiene algo de los unos que en ella habitan, de los todos que en ella habitan, cuanto se parece nuestra casa a nosotros mismos unas mas que otras, compradas... que de a poco se van transformando en casas parecidas a su dueños nuevos también un poco a sus ex dueños, en estas es difícil ver que es de quien, lo mismo pasa con las alquiladas, empiezan a tener un dejo de cada uno que la habita una y otra vez se tienen que mimetizar con sus poseedores van cambiando año tras año mimetizandose, uno les va poniendo luces tenues, fuertes, colores tristes o alegres, pero... las mas parecidas a uno son las que uno construye de la nada, desde las raíces, los cimientos, lo que esta abajo lo que no se ve, creo, debe tener mas allá de lo arquitectónico, cierto sentido de arraigo de el lugar al que uno se aferra de la realidad en que esta pisando y plantado. Las paredes, las puertas, altas o bajas, amplias, abiertas o cerradas hacia el mundo, hacia el afuera, hacia los otros... los demás que conviven cerca de uno pueden darse cuenta simple vista, si uno quiere que lo vean , lo visiten, si uno es un vecino al que se le pueden contar secretos de otros vecinos, o si uno es de esos uraños que prefiere solo saber de si mismo.
La casa de uno se parece tanto a uno... que podría compararse con una persona, podría hasta decirse esa casa tiene vida...y no solo en sus jardines, sino en cada detalle que con el tiempo va cambiando con uno o los todos que lo habitan, con el tiempo sus colores cambian, se aclaran, como las canas o las manchas de la vejez, las grietas y manchas de humedad aparecen como huellas con la edad, como surcos en los rostros, algunas partes hacen agua, y requieren de tratamiento, la calidez o el frió en su interior cambia como cambia uno hay casas viejas, nuevas, antiguas, modernas, lo que uno pone en ella va conformando nuestro adentro y no solo hablo de lo material, adentro de una casa hay vida, muerte, sueños, anhelos, historias, que quedan grabadas para siempre en las telarañas de sus techos, en las llaves de luz pegadas como grasa, en el hollín de la cocina, y la tierra de los zócalos. una casa guarda adentro los golpes en las paredes la música en días de fiesta, los portazos con bronca, las puertas cerradas con cerrojos para el amor a deshorario.
La casa de uno se hace uno mismo, cada uno de los unos que la habitan tienen su pedacito preferido su lugar para llorar, para reír, para odiar, para amar.
Y la casa de uno finalmente significa lo que uno es o quiere ser... se transforma en alguien que se quiere o no, alguien a quien visitar o evitar, la casa de uno es el lugar que se quiere o quizo tanto como a uno. La casa de uno es esa persona que uno termina siendo que nunca termina de ser o que uno termina de hacer justo cuando uno dejara de ser, para que otros vengan a ser en ella y sean como ella aunque sea un poco.
La casa de uno termina siendo una persona tan querida para uno que algunas veces uno, como esta mañana yo, no tiene el menor asco, como si fuera un padre una madre o un hijo, en remover de sus tripas de PVC, los bolos de pelo, grasa y jabón en polvo, para que vuelva a estar bien, esto lo pienso mientras me saco los guantes de goma pinchados y huelo mis manos mojadas y con olor podrido...
CONCLUSIONES:
1- hay casas que se parecen tanto con sus dueños que no se sabe quien hizo a quien.
2-mucha gente se suicida cuando pierde su casa, o se deja morir como si perdiera parte de si mismo.
3-los llamados sin tierra en realidad no se mueven, quejan, lloran, y patalean porque no tienen tierra en realidad lo que quieren es tener una casa.
MORALEJA:
Mi casa es casi nueva, cuando la compre tuve que tirar todo lo que había porque no servía, porque estaba mal hecho, o porque los materiales no eran los adecuados, con lo que gaste en hacerla ,a medias todavía, podría haber comprado dos casas hechas...pero no se hubiesen parecido en nada a nosotros los unos que la habitamos...
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